Comercio ambulante: nos va a matar más el hambre que el coronavirus
“No tenemos como subsistir, porque no hemos podido trabajar. Hay algunos de nuestros colegas que ni siquiera han podido pagar sus gastos básicos. Lo peor de todo, es que les han cortado la luz a pesar de que supuestamente el gobierno dijo que se había hecho una ley para que no se cortara durante la pandemia”, azuzo la presidente de la Federación de Comerciantes Ambulantes 4ta Colina.
A fines del año pasado comenzaron las noticias de la pandemia que se venía. Se detallaba la peligrosidad del virus y su rápida expansión, lo que generó en marzo de este año la crisis sanitaria que se vive actualmente.
En las noticias pudimos ver y escuchar acerca de las graves consecuencias de esta nueva enfermedad. De las miles de muertes que iba a provocar. Por ello se adoptaron una serie de medidas sanitarias para contener la curva de contagio.
Las medidas
Se encerró a la ciudadanía y se le exigió medidas de autocuidado, transformando a cualquiera en un posible agente de contagio. El nivel infeccioso del COVID 19 era extremadamente alto. Todo esto ilustrado a través de medios de comunicación, con el fin de alertar a la comunidad.
Luego de 6 meses de crisis sanitaria, las predicciones de muertes en masa no han sido tales, pero los que han sufrido los coletazos de las acciones políticas del gobierno por esta pandemia, han sido sólo los ciudadanos. Los trabajadores y trabajadoras que se vieron afectados por las benditas medidas sanitarias que implicaban el confinamiento. Sin pensar en el daño que produciría para quienes son independientes; que, hasta cierto punto, los dependientes también sufrieron las consecuencias.
Un ejemplo de esto son los comerciantes ambulantes, que viven el día a día, sin previsión social ni contratos que le permitan acceder a los beneficios anunciados por el gobierno.
El calvario del comercio ambulante
A principios de agosto se implementó en la capital regional una cuarentena, fundada en el incremento exponencial de los contagios. Con ello se lapidaron las aspiraciones y proyecciones económicas de un sector productivo que no cuenta con las mismas primas que un trabajador común.
Al igual que otros, intentaron sacar permisos para poder funcionar. Como abastecedores de primera necesidad, pero fueron tomados presos por atentar contra el código sanitario.
Katherine Fuentes, Presidenta de la Federación de Comerciantes Ambulantes comentó que no han tenido posibilidad de optar a algunos de los beneficios que publicita el Gobierno.
“No tenemos como subsistir, porque no hemos podido trabajar. Hay algunos de nuestros colegas que ni siquiera han podido pagar sus gastos básicos. Lo peor de todo, es que les han cortado la luz a pesar de que supuestamente el gobierno dijo que se había hecho una ley para que no se cortara durante la pandemia”, alegó la presidente de la Federación de Ambulantes.
Katherin agregó que han solicitado ayuda, pero lo único que se les ha ofrecido por parte de las autoridades, son cajas de alimentos. Sin embargo, como explicó Fuentes, esta ayuda no sirve para pagar las cuentas, o el arriendo, o la vestimenta que deben adquirir para ellos y sus familias.
Solicitud
Debido a la desesperación que ha generado la actual situación que viven estos comerciantes desde que se inició la cuarentena, tomaron la decisión de salir a la calle a pedir ayuda.
Se reunieron en el municipio de Puerto Montt con la idea de poder conversar con el alcalde. Pedirle que puedan otorgarse permisos provisorios, con medidas de seguridad y hasta con turnos, para que tengan opciones económicas.
“Llevamos poco más de tres semanas enviando cartas, tratando de contactar con las autoridades. Por ejemplo, intentamos comunicarnos con la Seremi de Salud para exponerle nuestra situación. Sólo se nos ha dicho que mañana, que venga el lunes, y así…nos han tramitado por todo”, acusó Fuentes.
Junto con esto explicó que desde la seremi de salud se les indicó que enviarían una carta al municipio para ver que opciones hay. “Si no nos dan una respuesta no nos queda otra que arriesgarnos a salir, porque esta pandemia nos está matando de hambre, y no por un virus”.
“Lo que no puedo entender es como se puede autorizar la apertura de una tienda, como lo fue en Alerce hace unas semanas y no permiten a la comunidad y los trabajadores quienes deben sobrevivir. Por que la ayuda del gobierno es nula”.
“No creo que las joyerías sean artículos de primera necesidad. Nosotros sí, porque vendemos alimentos. Tenemos que sustentar a nuestras familias, y con todas estas acciones por parte del gobierno, nos cortan las manos y nos morimos de hambre”, sentenció la comerciante.
Redacción: Daniel Carrasco