Sindicato Nacional de Buzos se trasladó a Santiago el pasado viernes para pedir audiencia con el Presidente Boric
Fue el trágico fallecimiento de dos buzos en faenas salmonicultoras en menos de 48 horas este enero lo que motivó al Sindicato Nacional de Buzos a trasladarse a Santiago desde Puerto Montt y otras ciudades.
Allí entregaron una carta al Presidente Gabriel Boric donde expusieron sus problemáticas, solicitando una audiencia para conversar el tema en profundidad. El gremio representa a más de 35 mil buzos entre las regiones de Coquimbo y Magallanes. Acusan que desde hace años han sostenido conversaciones, buscando el apoyo de diversos parlamentarios sin ningún resultado.
Claudio Faúndez, presidente del Sindicato, asegura que existe un olvido permanente del gremio, y que no existe ninguna ley especifica, por pequeña que sea, exclusiva para regular esta labor. Además, reclama que se ha usado el indistintamente el término “pescador artesanal” para referirse a los buzos.
Una labor de alto riesgo
El buzo es un profesional de alto riesgo, explica, expuesto a diferentes riesgos a la salud como el barotrauma. De hecho, según el dirigente un promedio de 15 buzos al año fallece en el ejercicio de sus funciones. En parte, agrega Faúndez, esta situación ha llegado a una crisis con el auge de la industria del salmón, que se ha “aprovechado de lo desregulado que está el buceo”.
Como una primera solicitud, el sindicato busca que se modifique la Ley de Mutualidades, creando un estatuto laboral de protección del buzo. Ya que acusan que actualmente, cuando un buzo fallece de paro cardíaco al encontrarse a 10, 20 o 30 metros de profundidad, se declara como muerte natural. “No es correcto, ni justo que un buzo muera en el ejercicio de sus funciones, por cualquier patología o accidente y se declare muerte natural”, señala el dirigente
“Los buzos son ignorados y vistos de manera peyorativa”
Por otro lado, el gremio también está solicitando que se reconozca a los buzos mariscadores como patrimonio vivo. Esta distinción, para el dirigente sería un reconocimiento a los más de 11 mil buzos que “generan cientos de miles de puestos de empleo. Y ponen los mariscos en mercados, hoteles y restaurantes”.
Ya que pese a esta importante labor, agrega Faúndez “son ignorados, discriminados y vistos de manera peyorativa. Por el hecho de ser mariscadores se les llama pescadores artesanales. El Estado y los gobiernos tienen una deuda”.
Estas, entre otras solicitudes, son las que buscan plantear en persona al Presidente. Con la esperanza de que el Ejecutivo pueda presentar alguna iniciativa en ayuda de las más de 30 mil personas que se dedican a esta labor a nivel nacional.
Redacción: Manuela Barrueto