Historias de burlas y pelos lacios
Columna de Betty Boom
¿Este tipo no tendrá vergüenza? me pregunto mientras me entero de las noticias. La verdad es que recuerdo siempre aquella vez que por hacerme la ruda intenté pasar por una caja de supermercado sin pagar una bebida…Adivinen…claro, como era de suponer me pillaron. Si, ahí mismo en la caja se me acerca una chica de rostro redondo y cara amable: “Se te olvida pagar esta bebida” me dice, mientras me entrega la botella a medio consumir.
No he avanzado en esa incipiente ruta del delito. Pero que me dicen ustedes de tener un Presidente con tamaños dobleces?. Qué pensará este ser humano? Creerá que somos todos y todas incapaces de ver el delito? pensará que le vamos a perdonar a él y a otros, que se burlen en nuestra cara?. Yo al menos me niego a hacerlo. Lo veo en la televisión y en las redes sociales…más bien en mi celular…les conté que no tengo televisor?…bueno, pero volviendo al tema…Me llama la atención lo lacio de los pelos de esta gente. Tanto Piñera como otros que tienen pelos lacios que caen a ratos en su cara. Son como el símbolo de la vergüenza. Intentan esconderse tras las mechas que se desploman en cascada…mientras aumenta la tensión de entregar respuestas coherentes, ante tal despilfarro y abuso.
Nuestro país necesita de un buen remezón. Como de aquellos episodios domésticos en que se te cae una repisa con todo en su interior y luego del desastre debes armar una nueva. Te queda siempre mejor..si hasta se te olvida como fue la antigua. Eso necesitamos con urgencia.
Las cosas están mal. Muy mal. No puede ser que Felipe Santana esté encerrado. Condenado a 7 años por la supuesta quema de una banca. ¡¡¡Qué les pasa!!! Y la familia Piñera con sus miles de dólares…no soy capaz siquiera de dimensionar. Qué sucede con ellos?. Para que decir de nuestro ilustre senador.
Raspado tú otra vez
La otra vez fui al aeropuerto a buscar a una persona. Mientras esperaba pasó el Senador Moreira. Corriendo mientras su lacio pelo gris caía en sus ojos (ven que les dije, parece ser un símbolo…ojo con aquello). Pese a eso, lo identificamos. La gente murmuraba “Ahí va el raspado de olla” decían. Se escuchaban los susurros y las risas… Mientras Moreira luchaba por dominar su maleta que se negaba a avanzar y sacarlo de ahí. Su pelo continuaba cayendo y su rostro enrojecía tras la mascarilla. Miraba de reojo. Intentaba disimular que era él. Pero nuestros ojos de ciudadanía cansada de tus privilegios no apartaban la mirada. Las risas crecían y tú ahí siendo el motor de nuestras burlas. Que tristeza. Es la demostración de una clase política denostada, sin altura.
Podrán continuar con sus privilegios que a punta de negocios turbios intentan mantener…tendrán esos privilegios pero nunca volverán a transitar por las calles con la frente alta. Son y serán motivo de risas y de sanción social. Mientras pienso eso, acomodo la bebida en mi carro…esta vez la pagaré…menos mal soy crespa.