“En el caso de los demás trabajadores, ellos son obligados a comprar sus elementos de seguridad. Les obligan a comprar un traje de agua que cuesta 8 mil pesos. Les obligan a comprar la caja que ocupan en sus respectivas motos, que tiene un costo de 40 mil pesos. Les obligan a comprar la chaqueta que tiene un valor de 20 mil pesos, a pesar de que con estos implementos están generando publicidad”, explicó el abogado de la familia de Tomás Chávez.
Desde un tiempo a esta parte, las aplicaciones y los delivery han proliferado en medio de esta sociedad que privilegia la inmediatez y lo instantáneo. Más aún, cuando las posibilidades de ponerse los zapatos, tomar las llaves de la casa y salir caminando por un par de cosas en el supermercado, se hacen cada vez más complicadas. El permiso, la mascarilla, la distancia social, producen un efecto narcoléptico, que deja el espacio para la intromisión de estos servicios.
La pandemia, que va desde marzo de este año en el país, ha contribuido a proliferar todos los emprendimientos de carácter de delivery. De paso, compañías que ya se dedicaban a este nicho económico, acrecentaron su demanda y hasta triplicaron sus ganancias en el último periodo.
Millonarias ganancias
Tal es el caso de la aplicación PEDIDOS YA, que como lo señaló el diputado de la zona, Fidel Espinoza, ha ganado millonarias sumas de dinero durante la crisis sanitaria. Lo anterior dado que un número importante de restoranes, emprendimientos familiares, etc, la ocupan para repartir sus productos entre los puertomontinos.
Uno pudiera pensar, ilusamente, que quienes trabajan para este tipo de empresas, cuentan con las garantías laborales, además de las bonificaciones económicas, que significan trabajar en turnos rotativos. Pero lejos de “chorrear” estas ganancias a quienes las hacen posibles existe una arbitrariedad y un alejamiento de todas las normas de sentido común que uno como trabajador pudiera sospechar.
Contexto
En octubre de este año ocurrió un hecho lamentable, y que tiene a la familia Chávez Quiroz de la capital regional, con el alma pendida de un hilo. Su hijo Tomás, de 18 años, quien llevaba poco más de 3 días trabajando para PEDIDOS YA, sufrió un accidente en su bicicleta, siendo atropellado por un conductor (sin licencia de conducir). Este hecho lo mantiene actualmente con una serie de contusiones y lesiones en el cuerpo. Además, está en estado de coma en el Hospital Clínico de la Universidad de Chile, donde se encuentra internado.
A raíz de este suceso, se pudo evidenciar una serie de malas prácticas ejecutadas por la aplicación, donde, Felipe Chávez, tío del estudiante accidentado, contó a los medios de comunicación que no han contactado a la familia de Tomás, para colaborar con el proceso de recuperación.
Denuncias
Chávez denunció también, que -luego de que se publicara a través de redes sociales, un comunicado por parte de la empresa aludida, donde se decía que estaban apoyando a la familia- esto era absolutamente falso.
“A 25 días que ocurrió el accidente de mi sobrino aún no tenemos ninguna respuesta de la empresa. De hecho, han emitido declaraciones públicas donde dicen que se han contactado con nosotros. Tanto la empresa, como la empresa aseguradora que ellos tienen a cargo, lo cual es absolutamente falso”, aseguro Chávez.
Junto con esto, el familiar del joven estudiante de pedagogía en química señaló que la empresa habría indicado que una empresa aseguradora, ligada a PEDIDOS YA, estaba contactando con la familia para colaborar, lo que también fue desmentido.
Diputado Espinoza
Por su parte, el diputado del distrito 25, Fidel Espinoza, comentó que esta situación vivida por Tomás, la pueden tener cualquier otro trabajador que participa de este sistema de reparto a domicilio. Quienes no cuentan con las garantías laborales, y donde los implementos de seguridad y de protocolo de higiene, son adquiridos y pagados por los propios repartidores.
“Dejemos de ocupar el concepto de aplicaciones a estas empresas. Tienen Rut, tienen dueño, donde se trata de bajar el perfil cuando se dice que se trabaja para una aplicación. Aquí hay una empresa que tiene que hacerse responsable. Sólo en Puerto Montt hay cerca de mil personas que trabajan como repartidores. Además, tribunales de justicia han marcado precedentes, donde han fallado en favor del trabajador”, explicó el parlamentario.
Marco Legal
Francisco Paredes, abogado de la familia, reveló una serie de anormalidades, y que deben ser aceptadas por los propios trabajadores de PEDIDOS YA.
Añadió además que todos los demás repartidores de la aplicación, no cuentan con las herramientas de seguridad necesarias para ejecutar su labor. “Felipe andaba en su bicicleta sin que la empresa le facilitara un casco. El decreto supremo 594 obliga a las empresas a proporcionar estos elementos de seguridad, de manera gratuita, además de certificar su uso y capacitación”.
“En el caso de los demás trabajadores, ellos son obligados a comprar sus elementos de seguridad. Les obligan a comprar un traje de agua que cuesta 8 mil pesos. Les obligan a comprar la caja que ocupan en sus respectivas motos, que tiene un costo de 40 mil pesos. Les obligan a comprar la chaqueta que tiene un valor de 20 mil pesos. A pesar de que con estos implementos están generando publicidad”, detalló el jurista.
Paredes agrego que todos los trabajadores, al igual que Tomás, no cuentan con la protección en el ámbito de salud. Dado que la ley de accidentes laborales se ejecuta cuando el empleador se afilia a diferentes mutualidades a través del seguro de accidentes obligatorios. Lo cual no sucede en el caso de PEDIDOS YA.
Organizados, pero con miedo
Frente a lo sucedido con Tomás, un grupo de repartidores de PEDIDOS YA, tomó la decisión de apoyar al estudiante de la Universidad de Chile. Ellos han podido evidenciar como sus actuales empleadores abusan de las actuales condiciones laborales que existen, producto de la pandemia.
En este contexto este grupo organizado, quienes nos pidieron no revelar su identidad, por las represarías que pudiesen tener, explicó cómo funciona la relación que existe entre la empresa de delivery y sus repartidores.
“Nosotros no estamos en contra del trabajo. Lo que indicamos son las arbitrariedades y la poca empatía que ha tenido en este último tiempo la empresa. Se nos ha recortado cerca de un 40% de nuestros ingresos sin que se nos explique. Junto con esto, no nos entregan las herramientas necesarias para cuidarnos en pandemia. Ellos dicen que se nos entrega, pero la verdad es que nosotros somos quienes tenemos que comprarlo”, acusó el dependiente.
El trabajador de PEDIDOS YA señaló que lo que esperan es que se respeten los acuerdos que existían antes de la pandemia, donde tenían mayores prestaciones como trabajadores. Donde tampoco han podido obtener explicaciones de esto, a pesar que en los últimos meses sus ganancias se han incrementado ostensiblemente.
“La empresa nos dice que no podemos quejarnos, porque estamos ganando por arriba del sueldo mínimo. Pero el tema aquí es que nosotros arriesgamos todos los días nuestra integridad física. Además nosotros somos los que damos la cara ante los clientes, que no conocen la empresa. El repartidor se hace responsable por el pedido, por el pago, por el cobro, inclusive asumiendo las problemáticas que pudiesen surgir con los restoranes y o las personas que hacen la compra”, explico el repartidor de PEDIDOS YA
Trabajadores dando la cara
Agregó que, en esta materia, son ellos los que ponen la infraestructura para hacer válido el servicio (sus vehículos). Además deben organizarse para tener el dinero suficiente para hacer la compra del producto y la entrega de los vueltos.
“Hemos tenido problemas con algunos locales y sus dueños, donde se nos ha amenazado. Cosa que se ha dicho a la empresa, pero no ha hecho nada por nosotros. Pero cuando un repartidor se manifiesta y reclama su derecho, le cierran la cuenta. Lo intimidan, lo amenazan a través de correos electrónicos personalizados, donde se prohíbe la sindicalización, las protestas y se nos dice que somos una minoría insignificante”, recalcó el trabajador.
El vocero de estos trabajadores indicó que, pese a que son pocos los que están evidenciando este tipo de malas prácticas, cree que el esfuerzo de estos pocos va a ser para beneficio de muchos.