A través de un video, la matrona Catalina Ponzini dio a conocer la situación de violencia que vivió el día miércoles de la semana pasada. El espacio en el que trabaja amaneció esa mañana con un rayado en su frontis. El mensaje leía “Bruta no al parto en casa”, además, los delincuentes rompieron una ventana.
En el registro la profesional agrega: “Me siento enojada, frustrada. También tengo sensaciones encontradas. Sé que este es el camino, el parto en casa no es ilegal, el parto en casa es un derecho. Las mujeres tenemos derecho a elegir, tenemos derecho a decidir como y donde parir a nuestros hijos (…) No me voy a detener, llevo muchos años. Voy a seguir avanzando, con todo el respeto, con todo el amor con el que trabajo. En base a la evidencia científica y no desde el miedo, desde el control, desde el ego”.
Hoy, con algo más de tranquilidad, la matrona se refirió al hecho ocurrido y a la importancia de poder ofrecer una atención a las mujeres desde el respeto y el acompañamiento.
El espacio
El lugar donde trabaja Ponzini fue creado por ella junto a dos mujeres, una doctora y una kinesióloga. Con el objetivo de brindar un acompañamiento integral a las familias desde el respeto, la contención y la escucha activa. Hoy, el espacio ha sumado a profesionales de distintos ámbitos, como pediatras, una inmunóloga, osteópata y médicos familiares.
Desde su labor, Ponzini acompaña a mujeres durante todo su ciclo vital, en diferentes procesos, desde la adolescencia hasta la vejez. Pero desde el año 2016, se ha especializado en realizar partos en domicilio, trasladándose por diferentes zonas para realizar esta labor.
La matrona cuenta que previo a su trabajo actual, formaba parte de un espacio “súper tradicional”, en el cual presenció “vulneraciones de todos los derechos a la maternidad”. Y también sintió la discriminación desde sus propias compañeras de trabajo. Por ello decidió abandonar ese lugar y formar su propio espacio.
El hecho de violencia
Ponzini afirma que previo al violento incidente no recibió ninguna amenaza o advertencia de que algo podría suceder. La profesional ya realizó la denuncia en la PDI, y también alertó a la municipalidad de lo sucedido. Además, diversas organizaciones feministas, y de derechos reproductivos, entre otras temáticas, locales y también a nivel nacional, también prestaron su apoyo y encendieron las alarmas.
La profesional señaló que “hoy día el delito que cometieron está impune, porque no tengo idea quien es. En el fondo, no solamente me violentaron a mí, sino que a un gran grupo de mujeres que iban al espacio a buscar contención o información”.
Ponzini cuenta que es usual que otros profesionales critiquen su labor, y que muchas veces le han llegado estos comentarios a través de sus pacientes. “En forma súper peyorativa dicen que yo soy la matrona mágica, la matrona fantástica, idealista. Siempre usan ese tipo de mensajes para controlar a las mujeres y que sigan allá en la clínica y no paran en las casas”.
Acoger, informar y empoderar
La matrona asegura que en su labor lo único que busca es acompañar a las mujeres. “Yo no lucho con un sistema ni trato de que las mujeres se pongan en contra de los sistemas, sino que, al contrario, busco que se puedan sentir acogidas, informarlas y empoderarlas para que cuando llegue el momento se sientan más tranquilas y puedan ir reconociendo las señales de su cuerpo”.
Ponzini atribuye el ataque a una respuesta en contra de “la forma en que las mujeres están despertando. Creo que tiene que ver con que hay una masa que no quiere que las mujeres retornemos a la autonomía, retornemos a decidir sobre nuestros cuerpos, a que no logremos vivir nuestras propias experiencias. Y que lamentablemente hoy día en un centro hospitalario son coartadas”.
“Creo que tiene que ver con que hay una masa que no quiere que las mujeres retornemos a la autonomía, retornemos a decidir sobre nuestros cuerpos, a que no logremos vivir nuestras propias experiencias. Y que lamentablemente hoy día en un centro hospitalario son coartadas”.
Catalina Ponzini, matrona
“Para cambiar el mundo hay que cambiar la forma de nacer”
Según la matrona, el cambio de los partos en casa a hospitales comenzó hace unos 50 o 60 años. Este cambio vino de la mano con una búsqueda de dominio sobre el parto por parte de los profesionales. En el cual las mujeres se ven “disminuidas y vulneradas”, al no ser escuchadas durante este proceso.
Esta situación no sólo sucede en el parto, sino también en las atenciones a mujeres en cuanto a salud sexual y reproductiva en general. En las cuales el dolor y la incomodidad se han normalizado. “Que te duela en la menstruación es normal, que te duela cuando te vas a tomar el PAP es normal”.
“Para cambiar el mundo hay que cambiar la forma de nacer, porque desde ahí viene el origen de la violencia. De esta sociedad tan violenta, yo creo que viene de la mano con que las mujeres han sido violentadas y maltratadas durante la gestación y los partos”, finalizó la matrona.
Redacción: Manuela Barrueto
Fotografías: Catalina Ponzini