n la comuna rural de Cochamó, desafiando tanto la lejanía geográfica como las normas culturales arraigadas, surge ‘Suyai’, un grupo de mujeres decididas a marcar una diferencia. Esta organización, cuyo nombre significa “esperanza” en mapudungun, no solo simboliza el anhelo de un futuro mejor, sino que también se erige como un espacio de justicia y respeto para aquellas afectadas por la violencia de género.
Un Compromiso con la Esperanza y el Cambio
Antonia Infante y Jessica Arriagada, integrantes de ‘Suyai’, nos invitan a entender mejor su causa. “La esperanza es nuestro pilar; es lo que nos mantiene firmes en la creencia de que el cambio positivo es posible a pesar de las adversidades”, comparte Antonia. Esta organización emergió de la colaboración entre líderes comunitarios y coordinadores de programas de apoyo a las mujeres. Hoy, su membresía supera las 35 personas, incluyendo dueñas de casa, profesionales, y emprendedoras, algunas de las cuales contribuyen de forma anónima.
Impacto y Alcance: Los Talleres de Suyai
El trabajo de Suyai ha rendido frutos significativos en poco tiempo, como lo demuestra su selección para un fondo nacional de equidad de género. Con la ayuda de la librería “Árbol Rojo” , han producido materiales educativos sobre temas esenciales como ‘Mujer y Ruralidad’ y ‘Autoestima para la Mujer’
La labor de Suyai se enfrenta a la falta de apoyo institucional local, en un lugar donde el conocimiento compartido entre vecinos puede ser una barrera para aquellos que buscan romper el ciclo de abuso. Las víctimas se ven a menudo atrapadas entre la vergüenza y los prejuicios, luchando contra la percepción de que su situación es de alguna manera merecida o incluso buscada. “Se lo buscó” o “es porque le gusta” son frases que resuenan con una falta de comprensión y empatía, perpetuando el estigma en lugar de ofrecer soluciones.
La organización busca cambiar esta narrativa, brindando un espacio donde se escucha a las víctimas, se valora su experiencia y se les ofrece el apoyo necesario. Los recursos de salud mental son escasos, pero la dedicación de Suyai es abundante. Con cada conversación, taller y encuentro, trabajan para asegurar que estos temas críticos no queden ocultos en la penumbra y para promover un cambio genuino y constructivo.
La lucha es ardua para las mujeres rurales, cuyos desafíos son amplificados por el aislamiento. Sin embargo, Suyai se mantiene firme en su misión: fomentar un ambiente donde el respeto y la dignidad sean inalienables y donde la esperanza de una vida libre de violencia sea una realidad tangible.
“La esperanza es nuestro pilar; es lo que nos mantiene firmes en la creencia de que el cambio positivo es posible a pesar de las adversidades”, comparte Antonia.
La Sombra del Silencio: Historias No Resueltas en Cochamó
Jessica comparte con valentía una de las muchas historias no contadas de Cochamó, marcadas por la violencia y el silencio. “En nuestra comuna, la tragedia de la violencia intrafamiliar es una realidad demasiado común. Por respeto a las víctimas y sus familias, evitamos nombrarlas directamente, pero no podemos ignorar la gravedad de lo que han vivido y la urgente necesidad de apoyo y conciencia en nuestra comunidad,” relata
La Desaparición de Rosalba: Una Tragedia Familiar
La tragedia golpeó a la familia de Jessica con la desaparición de su tía Rosalba, una de las diez mujeres cuyo destino sigue siendo un enigma en la provincia de Llanquihue. “Han pasado casi siete años desde que perdimos todo rastro de ella. A pesar de una extensa búsqueda, la esperanza de encontrarla se desvaneció en la neblina de la cordillera,” cuenta Jessica.
La historia de Rosalba es una crónica de tres décadas de violencia doméstica, de una lucha por la dignidad que se enfrentó a la indiferencia y a los prejuicios sociales. El principal sospechoso, su pareja, que tenía un historial de violencia y había escapado previamente de la justicia en Argentina, reportó su desaparición, lo que para muchos en la comunidad fue un acto calculado para evitar la culpabilidad.
La vida de Rosalba, una vez llena de calor y cuidado como cocinera en la escuela local, fue oscurecida por la tormenta de abuso que también alcanzó a su hija.
Una Justicia que Falta
Hoy, el hombre acusado de desaparecer a Rosalba vive sin cargos, mientras que las repercusiones de sus acciones siguen resonando en las vidas de aquellos que fueron dejados atrás. “Estos casos nos obligan a cuestionar si realmente hay justicia para los olvidados de nuestras comunidades rurales,” reflexiona Jessica con un llamado a la acción y al cambio.
La violencia ha marcado profundamente a Jessica y su familia. La desaparición de su tía Rosalba y las amenazas recibidas por buscar justicia son solo dos ejemplos del impacto devastador de la violencia en su comunidad. “Vivo en un lugar aislado y peligroso, donde nunca puedo estar sola,” relata Jessica.
Su hermana también fue víctima de violencia. “Escapó de una situación de abuso con su hijo, pero las consecuencias físicas y emocionales permanecen,” cuenta Jessica. El agresor fue liberado tras un breve encarcelamiento, evidenciando la insuficiencia de nuestra justicia. “Estos eventos han dejado una marca indeleble en nuestra familia y subrayan la urgencia de un cambio real en cómo nuestra sociedad y el sistema judicial abordan la violencia de género.”
Un Llamado al Cambio y la Justicia
Antonia enfatiza la importancia de recordar a Rosalba y otras víctimas de violencia. “Es fundamental no olvidar a quienes han sufrido tragedias como esta,” afirma. “Nos sorprende cuando ocurren, pero debemos preguntarnos: ¿qué estamos haciendo para evitar que se repitan? Las fallas en nuestro sistema no solo permiten estos actos, sino que también dejan a las víctimas en una vulnerabilidad alarmante.”
Antonia destaca el esfuerzo continuo para fortalecer la confianza en la comunidad, un proceso que se refleja en los conversatorios y actividades organizadas por Suyai. “Estamos comprometidos en establecer un centro de apoyo familiar que ofrezca una verdadera rehabilitación a las víctimas de violencia,” dice con determinación. “Nuestro objetivo es ayudar a las personas a superar su condición de víctimas y comprender que pueden aspirar a una vida mejor. Aunque la búsqueda de financiamiento es un desafío constante, nos esforzamos por asegurar que nuestra contribución sea eficiente y de calidad.”
Educación y Concienciación: Claves para el Cambio
Jessica mira al futuro con la visión de expandir los esfuerzos educativos de Suyai más allá de las aulas escolares. “El machismo está tan profundamente arraigado en nuestra cultura que incluso las mujeres pueden perpetuarlo sin darse cuenta,” explica. “Nuestro plan es implementar una ‘escuela para padres’, donde los niños puedan aprender desde pequeños sobre la igualdad y el respeto.” Además, comparte el sueño de publicar un libro que narre las historias de resiliencia y superación de las mujeres rurales, ofreciendo un testimonio de esperanza y renovación.